No puedes salir
-No hay horizonte -susurraba la escalofríante voz a mi oído-. No puedes salir.
Perplejo, levanté mis brazos y vi en el extremo dos enormes garras.
-No hay horizonte -susurraba la escalofríante voz a mi oído-. No puedes salir.
Perplejo, levanté mis brazos y vi en el extremo dos enormes garras.
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