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Cosas Absurdas

La Serpiente y la Zorra

Una vez una serpiente se acercó a una zorra y le dijo: “Me parece que te conozco”. La zorra le contestó: “Yo también”.
“Entonces -dijo la serpiente -dame dinero”. “Una zorra no da dinero”, respondió el astuto animal que, para escaparse, saltó a un valle profundo lleno de fresas y de miel de gallina.
La serpiente la esperaba allí y reía con una risa mefistofélica. La zorra sacó su cuchillo y le gritó: “¡Voy a enseñarte a vivir!”. Y huyó, dándole la espalda.
No tuvo suerte. La serpiente fue más rápida. Asestó a la zorra un puñetazo en plena frente, que se rompió en mil pedazos, mientras gritaba: “¡No! ¡No! ¡Cuatro veces no! ¡Yo no soy tu hija!”.

Eugène Ionesco

Tremulamente la serpiente se levantó, apoyándose en los brazos. La zorra, muerta aún, pastaba dócilmente. “Quiero ser aviadora”, pensó la serpiente.
“Si miras a la luna -dijo la zorra-caerá un mueble del techo”.

Bajo el sol abrasador aparecieron dos zapatos. Con un abrazo mortal la serpiente se suicidó. “No está nada mal morirse”- dijo la serpiente.

“A mí me encanta”.

Y aparecieron trescientos gánsters vestidos de payaso y con metralletas de metracrilato e hicieron un agujero en la tierra.

Jakeukalane

Viaje a Porto Cale 17-06-2007

11:15→ Salida con los padres en fomación ave-guía-pistas de aeropuerto.
11:20→ Salida de Madrid-> Lisboa Portugalia

Hechos no-tracendentes

El hotel va a ser chulo. Va a hacer frío y calor, a ratos, según de que humor esté el termostato atmosférico.


Laulhé protesta mientras juega al ajedrez (pero que bi-bi-bi-briki-bri...!).
Hay goteras en el autobús.
Chloé lleva roja la cresta.
11:26 Registran a Adrián en busca de comida.
11:40 María y Laulhé juegan al ajedrez. Laulhé va ganando pero María no quiere reconocerlo y apela a que está mejor colocada.

Chloé relata su concierto de ayer.

Mara canta reggaetón (puaj).

Carla grita y aplaude ¡No!

Laulhé vislumbra la jugada maestra de María "pero ya ha sido realizada" añade una orgullosa María. "Soy empanao" dice Laulhé.

A Paty se le ha olvidado algo.

Mara y Bea no han desallunado, pero Julia lo ha hecho en el Rodilla. Yo pregunto si desayunar es con I griega.


Todavía no ha llegado el momento SOY.

Goya en un tranvía

Goya en un tranvía

Del 1808 mayo tercero año

Que pinta Goya es segundoêl cuadro açerca de temaêl mismo.
Epocaril temaêl es inusualmente tratado. Históricalâs pinturas modelo fixo seguían: héroelôs centroêl ocupaban, de venzídolôs cadáveres en sueloêl se hallaban y fondoâl de batallalâ había humeantes restos. Tà. Técnicalâ expresionista es.

Personajes:
Héroes; Blanca camisa. Ð libertad símbolo es. Cieloâl brazolôs levanta. Justicia pide.
Patriotas otros: Desesperación de actitudes; Miedo, tristeza, súplica, protesta, desesperada resignación...
Franceses:
Ð espaldas están. Anónimos e impersonales se hallan.
Otros: En de escenalâ centroêl están patriotas de puebloêl.

RU EL PRI

De mamelucolôs cargalâ cuadroêl representaêl y sublevación primero cuadroêl.
De Principe Pío cuartelâl rebeldelôs llevan que cuando a Madrid llega Murat. A mucho fusilan.
Fusílanlôs cuando de amanecerêl antes es.
Centrallâ figura con blanca camisa y claroêl parece luz irradiada en realidad
ξl que enfrente tiene refleja, farol. ôζ.

De luz planos tres hay:
Patriota personaje→ Farol
Penumbra restoâl incluye
→ Claroscuro
De paisajeêl nocturnidad


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Claselâ de TTS terminó fin
pôr.

Divagaciones absurdas ella dijo. Sillalâ murmullo emitió: "Soy".

Nosotros fuímonos de aulalâ-palomar.


Múltiples segundos fueron pasados. Portugalên nos hallamos ahora. En Autobúsêl es no-tranquilo. A ladolôs Goya aparece, portugaleses árboles fusilan. Empanaos están.

En nuestro camino un travías vía crúzasenos. De travíalôs diosêl aparece.

"Oh, mortales que hablais al revés. Soy vuestro Dios y no permitiré que veais ninguna manifestación mía. Os privaré de la magnífica visión de los tranvías".

Nos dejaron sus palabras perplejos. Roto se había nuestro sueño, vanas nuestras esperanzas eran.

Goya, fondoâl, amenizábase, donde aparecía un tranvía borroso un cuadro, pintando. Fusilábanlos portugueses trescientos con de plástico fusiles a Goya y tranvía suyo. Perforaban de agujeros miles todos ladospôr tranvíaêl. Una de humo cortina disparos produjeron.

Alzase una cuestión desde detrás de humo cortina. Vistalâ buena no era, mucho humo había.

"¿Agujeroslôs donde hállanse?"

Una patriótica farola voz alzó suya. Con cadencia triste en suya voz proclamó:

"¡¡¡Asesinado murió!!!"

Vozlâ, incrédula. Increpela de nuevo de humo cortina a través:

"Pero, ¡Tiene eso no sentido!"

Indignado Goya un levantosé de asientoêl:

"Esha es, esha será. Rosa es. El Kusasa nunca morirá."

Último suspiro escapose de labios suyos tenue susurro en. Diosêl de tranvíalôs de alegría gritó. Su maníaca risa difundíase ladospôr todos.

Apoyose susurrando en desaparecido tranvía: 42.
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A kusasa-lâ siguiente despertonos todos a temblor un. Terremoto era. Alegres fuimos.

Terremotoslôs en Porto-Cale celebrados son Luigi-pôr. Amo de los autobuses es. Terremotoslôs tienen no amigos. Portugalên personas amigos de terremotoslôs son.


Ilumina Historialâ Bombilla una.

Divagaciones absurdas sobre la madera

La madera en estado líquido sería posible sólo en determinado estados cuánticos.

Estos estados cuánticos vendrían dados por el ángulo de la madera con respecto al regulador térmico.
Sin gravedad y en el semi-vacío-tiempo sería posible con un acelerador de partículas y con un imán potentísimo.



No estoy loco, sólo soy mentamente divergente.

El Gusano

Simplemente era un gusano. Un gusano que se movía a toda velocidad por la carretera, esquivando los coches. Pero ciertamente, era un gusano. Se movía distraído, como si paladeara cada trozo de alfalto que quedara bajo su cuerpo y no le gustara el sabor. Y buscaba otros sabores.
En su casa, su recóndita y oscura casa, sólo crecía asfalto de la variedad picante, y el prefería mil veces la amarga. Cuando encontraba un trozo lo suficientemente grande o que aparentaba se jugoso, se lo cargaba a la espalda y se deslizaba, como sin prisa, a toda velocidad entre los coches, sorteándolos de una manera natural y poco cuestionable.

Un neumático le rozó por el costado. Esperó pacientemente.

Quieto.

Oyó el rudo del coche al estrellarse. Luego frenazos, los bocinazos de los otro coches antes de unirse a la algarabía. Y luego el olor a neumático quemado. Parecía una fiesta.

Más lentamente ahora, casi con torpeza, el gusano se apresuró a rescatar de debajo de las chapas que habían quedado esparcidas por la carretera el asfalto que tenía neumático pegado.

Amargo.

La Escalera Perdida

-¡Oh! Mi escalera está rota...no conseguiré hacer ninguna cosa.

La escalera escapó siguiendo a los trapos deshilachados que bajan hacia la estación a tomar el metro que viaja por las paredes.

-¡Oh! Se me ha escapado al nido de tablas mi otra escalera.

-Su otra escalera tampoco está aquí, nadie podrá ayudarle.

-¡Oh! ¿Qué voy a hacer ahora?

-Baje a buscar a la escalera.

-...no quiero perder también a mi otra escalera rota... aunque está rota.

-Pues baje a buscarla.

La cuesta era enorme, enorme de verdad. Una línea confusa que bajaba y se deslizaba hacia la tierra. Las paredes bailaban ante sus ojos, trazaban curvas imposibles y le susurraban verdades y mentiras al oído.

-¡Oh! Me he perdido.

-¿Nada puede hacer?

-¡Oh! Nada. Perdí a mi mente... Hay madrigueras de gusanos alrededor, Tinieblas.

-No creo que perdiese a su mente.

-¡No sabes nada! Ya no hay madrigueras de gusanos alrededor, Tinieblas. Mi mente no perdí, pero salió a tomar el aire.

-
Ahora eres tú el que no sabes nada. No me gusta el aire.

La luz declinaba su intensidad hacia el final de la cuesta. Ruidos tumultuosos de cosas sin nombre llenaban el desván. Las puertas se quedaron quietas y se hacían preguntas recurrentes.

- ¿Dónde estará el marco?
- Yo no lo sé. ¿Dónde está el suelo?
- Abajo.
- Pero,¿Porqué no hay abajo?
- Pregúntaselo, aunque puede que la cerradura lo sepa.
- Cerradura dijo antes que el abajo se fue abajo a hablar con el pomo, que iba hacia la estación del metro que viaja por las paredes, pero que luego se había subido de nuevo.
- Pero pomo está en el entierro del pasamanos.
-
Cierto. ¿Pasamanos quién era?
- El banquero de marco. No consiguió que le pagara y se murió de hambre. Sus hijos abajo y suelo también pasaron dificultades económicas. El ingenioso marco se escondió bien.
-Pero, ¿Dónde estará marco?
Había cruzado el desván pero le parecía como si acabara de atravesar una pescadería brumosa, llena de olores y visiones horrendas de espinas cortadas. Saliendo del desván se quedó pensativo. Estornudó.

-¡...!

-Que, ¿Nada que decir?

-¡No! ¡Es decir, sí! ¡Sí tengo algo que decir!

-Ah, bueno...

-¿Qué hacía ese desván allí, Tinieblas?¿Tinieblas?

- Iría a la estación.

La cuesta era ahora más pronunciada. Las rugosas paredes se habían ido estrechando hasta hacerle andar de lado. Una de las paredes se volvió de color negro y empezaró a hundirse y elevarse como si fuera una masa de lava hirviendo. El suelo desapareció, aunque pudo seguir caminando. Parecía que las abolladuras de las paredes le querían abrazar o algo aún peor. De repente, toda la pared izquierda empezó a difuminarse y la de la derecha se apresuró a rodearle. Se quedó encerrado en un cículo. Como en un claro de un bosque. Se agachó.

-¡Tinieblas, mira esto que está en el suelo! Es un jarrón.

Pero no hubo respuesta. Pasados unos instantes golpeó el jarrón. Un grito fresco, con olor a hormiga y a oca, surgió del jarrón.

-¡ESTABA DURMIENDO! -tronó la cosa cuando salió del jarrón.
-¡Ah! Yo estaba paseando.
- Uhhh, tuve un sueño magnífico. Me comía un ala de ornitorrinco en salsa. Después iba a la playa y me comía dos platos llenos de comida asiática...hummm y luego fui a Manhattan y me merendé a un turista... más tarde me monté en un avión y me zampé los motores ¡Qué exquisitez! Cuando volví al hotel tuve que descansar un rato, pero casi no tuve tiempo y comí...

El eco le llegaba atenuado, pues la lagartija aquella se estaba volviendo a quedar dormida. Con mucho cuidado para no despertar a aquella lagarto-devorador, se retiró lentamente hasta un resquicio que se había ido abriendo en el claro de las paredes.

Con un brinco bajó un desnivel impregnado de olor a aerosol y a alcachofas que estaba relativamente limpio en comparación con el suelo agrietado del resto de la cuesta. Aunque se veían todavía los innumerables restos de porquería. Justo enfrente un montículo de tarros de cristal crecía del suelo.

Cientos de miles de mapaches diminutos cruzaban a toda velocidad por entre el bosque de tarros. Chillaban con una voz azul y grave.

-¡Buugóoooooooooooo!¡Buuuuuiiieeogóooooooo!¡Beeeneeguiiioooneó!¡Baaasuuuuneguoinóoooo!

-¡Vaaaaagóoon! Tinieblas, creo que estos pinceles con patas necesitan unas sombrillas de playa.
 
-Me gustan las naranjas que cuelgan de ese árbol.

Se rompió la torcida cuesta, se rompió el bosque de cristal, se rompió todo.
 
 
 
-¡Oh, Tinieblas! Esto te habrá parecido terriblemente veloz...